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Don't worry, be happy

Don't worry; be happy | Tant'amare | Historias para reflexionar | Terapias naturales, desarrollo personal, ecología y vida sana

El diagnóstico le atravesó el cerebro como una bala: Borderline o trastorno límite de la personalidad. No cabía la menor duda tras las pruebas a que le había sometido aquel prestigioso psiquiatra que ahora le hablaba. Se quedó mirando fijamente al médico, mientras este le describía aquellos síntomas.


“Es un rasgo de la personalidad que se caracteriza por una variación en los sentimientos y altibajos en los estados emotivos sin motivo o por causas insignificantes. La persona se muestra inestable, va dando tumbos en el terreno emocional, y vive con la pesada carga de no poder consolidar algo permanente. Se manifiesta porque atraviesa periodos de tristeza y abatimiento, que implican incapacidad para experimentar placer, desinterés por todo, tedio e irritabilidad. También pasa por estados de euforia o períodos de intenso optimismo, ilusionándose y entablando relaciones fácilmente, aunque resultarán caóticas porque esa gente es la que después lo cansará. Son inconstantes para perseverar en una tarea u objetivo marcado, presentan baja tolerancia a las frustraciones y tienen tendencia a la labilidad. Son de talante enamoradizo, derivado de una gran dependencia afectiva no reconocida. Y tienen una baja autoestima, lo que alimenta la desconfianza en los demás”.

El médico prosiguió: “Las personas inestables afectivamente tienen una gran dificultad para separar los diferentes ámbitos de su vida; si tienen conflictos familiares, los trasladan a la pareja, el trabajo o los amigos. Suelen ser dependientes e inseguros: necesitan apoyarse en muchos pilares y en cuanto uno falla se ven asaltados por un sentimiento destructivo que irradia hacia otras situaciones de su vida. De ahí que rompan con lo que más necesitan antes de tener que enfrentarse a la posibilidad, aún remota, de que también falle. No suelen afrontar los problemas de forma activa; creen que no pueden hacer nada para resolverlos y que son los demás los que deben afrontarlos. Tienen dificultades para reconocer y aceptar sus propias reacciones emocionales, con mucha frecuencia se sienten inseguros y culpables, llegando a enfadarse consigo mismos y experimentar un intenso auto rechazo. Paradójicamente, hay periodos más o menos largos en que son personas eficaces, que se enfrentan con efectividad a su trabajo o cuestiones de su vida cotidiana. Este contraste hace especialmente complicado que los que le rodean puedan entender su comportamiento. Normalmente se quejan de la incomprensión de los demás. Algunas de estas personas pueden presentar, además, problemas con el abuso de alcohol y otras drogas”.

- Creo que lo he captado. – Dijo el paciente y, tras una pausa, añadió: - Voy a inaugurar en octubre mi consulta como terapeuta de pareja con base en el advenimiento de la constelación Las Pléyades. ¿Esto supone algún problema?

- ¿Tal y como está el patio? Ninguno. No olvide la medicación y todo irá bien. ¡Ah! Y llámeme para revisión dentro de seis meses.

José Escánez - Abogado y especialista en Mindfulness y desarrollo personal por la UAL | Visitar su perfil